Hola amigos,
esta semana seguimos con las reseñas del Lima Food Week, y en esta ocasión
visitamos el Restaurante Malabar. El nombrado restaurante aparecía como una de
las estrellas del Lima Food Week, por lo que no dudé un segundo en realizar mi reservar,
ya que de vez en cuando escuchaba buenos comentarios y durante un tiempo estuvo
en la mira como uno de los restaurantes de élite en nuestro país.
Al llegar al
restaurante nos hicieron esperar algunos minutos antes de hacernos pasar al
comedor a pesar que el restaurante se encontraba completamente vacío, bueno
salvo una mesa de dos personas que compartían una botella de vino; a pesar de
esto intentaron sentarnos en la mesa más alejada y en el extremo del salón, por
lo que solicite un cambio de mesa y nos dieron la de al lado.
La
decoración del restaurante es de lo más simple, aparte de una amplia y linda
barra en la entrada escoltada por una pintura de aires ochenteros, no encontramos
ningún otro distintivo en todo el salón. El restaurante consta de un solo salón
y en uno de sus lados cuenta con una amplia banca que hace las veces de asiento
para todas las mesas de ese extremo; el problema, como en todas las bancas de
este tipo, es que cenar en este tipo de asientos es de lo más incómodo para los
comensales ya que no hay como apoyar la espalda y las mesas están tan juntas por
lo que es casi imposible mantener la privacidad.
A los pocos
minutos de sentarnos un mozo se acercó a nuestra mesa para ofrecernos las
bebidas y dejarnos los menús de acorde a la ocasión. Opté por ordenar el Pulpo
Quemado como entrada, la Pesca del Día como plato de fondo y la Manzana de Agua
como postre, difíciles elecciones entre una carta orientada a la comida andina
o amazónica del Perú.
Una vez
colocada nuestra orden, a modo de cortesía llego a la mesa un bowl con sandía
en cubos y queso rallado, un aperitivo algo extraño para empezar la velada pero
así fue como empezó esta aventura culinaria.
Si bien debo
reconocer no empezamos muy bien con la ubicación de nuestra mesa y trato por
parte del personal, lamentablemente no mejoró mucho con nuestros primeros
bocados. Como la comenté la cortesía que llegó llego a nuestra mesa era un
plato con sandia en cubos y quesos para degustar, que al parecer de este
humilde servidor, simplemente no funcionó en lo más mínimo. La sandía es una
fruta fresca de consistencia dura y sabor dulce, mientras que el queso, que
estaba cortado en finas hojuelas, tenía la misma consistencia y un sabor mucho más
fuerte que hacía imposible que se mezclen los sabores y las texturas en la boca;
teniendo así que saborear ambos elementos por separado en una mezcla no muy
agradable.
Poco
después, y ya con nuestras bebidas servidas, esperamos los clásicos panes de
entrada y diversas salsas o cremas para
acompañarlos por la disposición de la mesa en la que estábamos; sin embargo,
fue basta nuestra sorpresa cuando retiraron nuestros platos de pan y cubiertos
de mantequilla para ser remplazados por nuestras entradas. Haciendo aquí un
pequeño paréntesis, más adelante durante nuestra cena, vimos que les ofrecían a
las mesas contiguas porciones de pan que a nosotros ni nos mencionaron… la
experiencia seguía siendo mala.
Bueno ya con
nuestras entradas servidas estábamos decididos a borrar las malas experiencias
y comenzar a disfrutar al máximo nuestra cena. El Pulpo Quemado consistía en
pulpo a la parrilla aderezado con Ají Panka sobre una cama de puré de choclo y
acompañado de choclo desgranado a la parrilla, choclos bebe cortados en finas
rodajas, chips de choclo y un mix de lechugas. Si bien el pulpo estaba sabroso
no estaba tan suave como lo esperada, no sé si le faltó golpear o cocinar para
romper un poco más las fibras de los tentáculos. El ají Panka si le daba un
buen sabor pero no era nada de otro mundo, un pulpo que podemos encontrar hoy
en la mayoría de restaurantes, eso me decepcionó un poco. Por otro lado, las
diversas presentaciones del choclo acompañadas del mix de lechugas si me
parecieron más que interesantes, el puré tenía un sabor suave, agradable, y muy
buena textura; el choclo desgranado a la
parrilla resaltaba el dulzor del choclo que combinaba muy bien con las lechugas
que acompañaban el plato. Lastimosamente los choclos bebes pasaban un poco
desaparecidos y los chips de choclo se tenían que comer por separado, y me hubiese
gustado acompañar con algo por su buen sabor.
Una vez
terminada la entrada y después de esperar varios minutos más llegaron los
platos de fondo, como ya les menciones pedí la Pesca del Día, que en esta
ocasión fue Mero y venia sobre una cama de concolón o arroz “quemado”
acompañado de mariscos y bañado en un sudado o concentrado de mariscos que fue
lo que le dio sabor al plato. Si bien muchos de ustedes pensarían que la
estrella del plato sería la pesca del día, pues se equivocan, la atención recae
totalmente en el arroz gracias al sudado de mariscos que lo bañaba, cambia el
aroma y sabor en general de todos ingredientes, resaltando esos clásicos
sabores mediterráneos.
Para mi gran
decepción el Mero estaba casi insípido, a pesar de ser un pescado de sabor
fuerte y distintivo; los mariscos que acompañan son conchas de abanico sin
coral y langostinos que para resaltar su sabor son salteadas con cebollines y
tomates cherry. Un plato que podría ser un buque insignia pero que no brilla
por la gran ausencia de su estrella principal y que solo llega a cumplir por
sus acompañantes.
Finalmente llegó
la hora del postre, la Manzana de Agua, y si bien no me encontraba emocionado
por el mismo ya que la chicha de jora no es mi bebida favorita la manzana asada
me daba mucha curiosidad al ser un postre que no comía hace bastante tiempo. El
plato consistió en una bola de helado de Chicha de Jora con sabor muy suave con
una consistencia distinta a la de un helado tradicional, parecía que utilizaron
nitrógeno líquido para congelarla; y una pequeña manzana asada partida en dos
sobre un poco de jarabe. La manzana asada me hizo recordar a los postres que hacia
mi abuela cuando era pequeño, salvo que esta manzana no era tan dulce y su
consistencia era un poco más fuerte, no tan
suave como las tradicionales. Un postre distinto pero atractivo y que me
demostró por primera vez en toda la noche la verdadera innovación de este
restaurante.
Y así fue
como concluyó nuestra visita a Malabar, un restaurante que a nosotros nos dejó
con mucho que desear, al punto salimos decepcionados de nuestra cena. Aun así,
si quieren atreverse a probar algo distinto, enfocado en la comida andina y
amazónica, aquí les dejo los datos de su página web y dirección:
Facebook: www.facebook.com/malabarlima
Hasta pronto
amigos, no dejen de estar pendientes de mi Facebook www.facebook.com/losplaceresculinarios
ya que este Abril estaré sorteando una cena!
Los Placeres Culinarios
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