Hola amigos,
después de un largo y exhaustivo viaje por Europa he llegado a Lima con más
hambre que nunca, sin duda el viajar para los peruanos siempre será un
suplicio, mejor comida que la nuestra no hay.
Pero ya que
pasé por 12 ciudades sacaré varias reseñas con los distintos lugares que visité
dándoles tips sobre las comidas típicas, a dónde ir o qué pedir.
Comenzaré
con Budapest, una ciudad que sin lugar a dudas me sorprendió de inicio a fin,
una ciudad joven y con muchas ansias de atender al turista. Cabe resaltar que
la comida de Europa Oriental es muy distinta a la comida de Europa Occidental a
la que estamos acostumbrados, la finura y delicadez quedan de lado para abrirle
paso a la comida condimentada y algo más “tosca”.
Uno de los
símbolos de la ciudad es el Ají, así que esperan comida condimentada hasta en
McDonald’s, aunque suene extraño es así, incluso en nuestro país las grandes
cadenas tienen a adaptarse a las culturas y gustos locales.
Curiosamente
uno de los atractivos de la ciudad es el mercado central, cuyo nombre real es
Nagy Vasarcsarnok pero es conocido comúnmente como el Central Market Hall, un
diverso mercado que aboca el estilo del Mercado de San Miguel en Madrid o el
Mercado de St. Josep en Barcelona; un lugar donde uno puede ir a modo de
turista, ir a desayunar o almorzar, ir a comprar suvenirs o donde incluso
algunos locales hacen sus compras.
Entre las
curiosidades de este amplio mercado está la venta de pescados que no solo suelen
exhibirse encima de hielos para mantenerlos frescos sino que tienen grandes
peceras donde mantienen a los peces vivos, compras pescado más fresco
imposible!
Entre los embutidos
a podemos encontrar puestos con amplias variedades de especias, en las que
priman los ajíes (Páprika) y el ajo, y más parecieran tiendas con insumos para
vencer a Drácula que un mercado común. Los ajíes han se ven ligeramente
deshidratados y tienen un color más burdeos que rojo y no se asemejan en nada
al ají que comemos en Perú, si bien el sabor es fuerte no pica tanto como el
nuestro y el tamaño más uniforme por la especie del mismo.
Algo que me
pareció fuera de lo usual fueron los puestos que ofrecían Encurtidos,
principalmente de pepinillos, pero también con nabos, zanahorias y otros
verduras que eran presentados en grandes jarrones que hacen la función de
elementos decorativos también.
En el
segundo piso del mercado encontramos la parte más “colorida” del mismo, la zona
de restaurantes y venta de suvenirs, entre las manualidades típicas de Budapest
lo más resaltante son sus tejidos hechos a mano, posa vasos, caminos de mesa,
manteles u otros decorativos decorados con flores de vivos colores y con
diseños muy aparecidos a algunos que se realizan en la sierra del Perú. Por
otro lado tenemos los restaurantes, donde se ofrecen amplia variedad de platos
típicos, lo más resaltantes el Lángos acompañado de Tokaji, para hacer la
explicación simple el Lángos es un tipo de Cachanga (masa de harina frita) que
puede tener diversas coberturas, queso, mantequilla, tomate, jamón, etc. y el
Tokaji es un vino típico elaborado en la región de sabor dulce y agradable.
Dejando el
mercado de lado y recorriendo las avenidas más conocidas y comerciales de la
ciudad podemos encontrar algunos restaurantes que ofrecen otros platos típicos
del país, entre ellos me llamó la atención uno que servía Mangalica, una
especie de cerdo autóctona de Hungría y que se servía en una piedra caliente,
sin pensarlo mucho pedí una mesa para llevarme una grata sorpresa. La Mangalica
u Ovechancho como yo le llamo es un cerdo de pelaje amplio parecido a una oveja
que habita Hungría y que fue declarado en extinción en la década de los 90, hoy
en día una compañía española es la única que se encarga de la cría y
comercialización de esta extraña especie que se caracteriza por tener altos
niveles de grasa y tocino.
A los pocos
minutos llego a la mesa una piedra caliente con una generosa porción de
Mangalica acompañada de papas fritas y algunas salsas. Ya que no todo es como
en casa, aquí la piedra no es roca volcánica, sino solo una piedra que ha sido
calentada en un horno, la carne de cerdo no llego cocida sino casi cruda, ya
que según nos explicaron nosotros debíamos cortarla para poder cocinarla a
nuestro gusto, las papas fritas no tenían nada de espectacular y las salsas
eran principalmente agrias lo que no fue totalmente de nuestro agrado. Lo que
nos llamó más la atención es que la carne estaba cruda, por conocimiento
nuestro de la Triquina (enfermedad por comer carne cruda de cerdo) preferimos
cocinar bien la carne, más vale prevenir que lamentar; lo segundo en llamar
nuestra atención fue lo condimentada de la carne, un fuerte sabor a pimienta y
especias en la costra era el sabor a primar; por otro lado la carne era
sabrosa, suave y más jugosa que la de un cerdo ordinario, un plato que sin duda
les recomendaría probar (sobre todo por la experiencia) si algún día visitan
Budapest.
Si bien
están ajustados de presupuesto y no pueden darse el gusto de probar la
Mangalica o comprar una botella de Tokaji, algo que no pueden dejar pasar en
Budapest es probar el Kürtőskalács, se pronuncia “curtoshcolash”, y es un pan húngaro (originario de Transilvania) de
forma cilíndrica hueca, de sabor dulce y que puede tener diversas coberturas.
El mejor de todos lo pueden encontrar en Vaci Utca, una de las calles más
comerciales de Budapest que funciona a modo de boulevard, y es un pequeño
puesto en la calle frente al Ice Bar; todos los panes son hechos en el momento
desde el amasado, puesta en el horno a distintas temperaturas y luego decorado
con la cobertura que deseemos, yo particularmente les recomiendo el clásico de
vainilla, la masa es tan dulce y suave que no necesita más. Les recomiendo que
una vez hayan recibido su Kürtőskalács esperen un poco en comerlo ya que al estar
tan caliente puede hacer les duela el estómago si lo comen así.
Finalmente ya
que no todo es gourmet y a veces el apuro apremia, nos tocó visitar también un
McDonald's también en este magnífico país. Para nuestra sorpresa, aquí hasta el
McDonald’s es distinto, el pan es distinto, la carne es bastante condimentada y
se ofrecen salchichas en el menú. El sabor es bueno pero les recomiendo compren
una bebida grande ya que les dará sed por un buen rato después de este
almuerzo.
Con esto los
dejo hasta la próxima semana donde veremos si les cuento sobre algún
restaurante en Lima o sobre alguno visité durante las vacaciones.
Que tengan
un buen fin de semana!
Los Placeres Culinarios
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