sábado, 20 de junio de 2015

En Buda y en Pest conocí especies y sabores increibles

Hola amigos, después de un largo y exhaustivo viaje por Europa he llegado a Lima con más hambre que nunca, sin duda el viajar para los peruanos siempre será un suplicio, mejor comida que la nuestra no hay.
Pero ya que pasé por 12 ciudades sacaré varias reseñas con los distintos lugares que visité dándoles tips sobre las comidas típicas, a dónde ir o qué pedir.

Comenzaré con Budapest, una ciudad que sin lugar a dudas me sorprendió de inicio a fin, una ciudad joven y con muchas ansias de atender al turista. Cabe resaltar que la comida de Europa Oriental es muy distinta a la comida de Europa Occidental a la que estamos acostumbrados, la finura y delicadez quedan de lado para abrirle paso a la comida condimentada y algo más “tosca”.
Uno de los símbolos de la ciudad es el Ají, así que esperan comida condimentada hasta en McDonald’s, aunque suene extraño es así, incluso en nuestro país las grandes cadenas tienen a adaptarse a las culturas y gustos locales.

Curiosamente uno de los atractivos de la ciudad es el mercado central, cuyo nombre real es Nagy Vasarcsarnok pero es conocido comúnmente como el Central Market Hall, un diverso mercado que aboca el estilo del Mercado de San Miguel en Madrid o el Mercado de St. Josep en Barcelona; un lugar donde uno puede ir a modo de turista, ir a desayunar o almorzar, ir a comprar suvenirs o donde incluso algunos locales hacen sus compras.
Entre las curiosidades de este amplio mercado está la venta de pescados que no solo suelen exhibirse encima de hielos para mantenerlos frescos sino que tienen grandes peceras donde mantienen a los peces vivos, compras pescado más fresco imposible!


 También podemos encontrar los Salames por los que Hungría es mundialmente conocida en múltiples variedades y presentaciones, al lado de piernas de cerdo curadas y otros embutidos, cabe resaltar que el Salame Húngaro es muy distinto al italiano que estamos acostumbrados a consumir.




Entre los embutidos a podemos encontrar puestos con amplias variedades de especias, en las que priman los ajíes (Páprika) y el ajo, y más parecieran tiendas con insumos para vencer a Drácula que un mercado común. Los ajíes han se ven ligeramente deshidratados y tienen un color más burdeos que rojo y no se asemejan en nada al ají que comemos en Perú, si bien el sabor es fuerte no pica tanto como el nuestro y el tamaño más uniforme por la especie del mismo.


Algo que me pareció fuera de lo usual fueron los puestos que ofrecían Encurtidos, principalmente de pepinillos, pero también con nabos, zanahorias y otros verduras que eran presentados en grandes jarrones que hacen la función de elementos decorativos también.



En el segundo piso del mercado encontramos la parte más “colorida” del mismo, la zona de restaurantes y venta de suvenirs, entre las manualidades típicas de Budapest lo más resaltante son sus tejidos hechos a mano, posa vasos, caminos de mesa, manteles u otros decorativos decorados con flores de vivos colores y con diseños muy aparecidos a algunos que se realizan en la sierra del Perú. Por otro lado tenemos los restaurantes, donde se ofrecen amplia variedad de platos típicos, lo más resaltantes el Lángos acompañado de Tokaji, para hacer la explicación simple el Lángos es un tipo de Cachanga (masa de harina frita) que puede tener diversas coberturas, queso, mantequilla, tomate, jamón, etc. y el Tokaji es un vino típico elaborado en la región de sabor dulce y agradable.




Dejando el mercado de lado y recorriendo las avenidas más conocidas y comerciales de la ciudad podemos encontrar algunos restaurantes que ofrecen otros platos típicos del país, entre ellos me llamó la atención uno que servía Mangalica, una especie de cerdo autóctona de Hungría y que se servía en una piedra caliente, sin pensarlo mucho pedí una mesa para llevarme una grata sorpresa. La Mangalica u Ovechancho como yo le llamo es un cerdo de pelaje amplio parecido a una oveja que habita Hungría y que fue declarado en extinción en la década de los 90, hoy en día una compañía española es la única que se encarga de la cría y comercialización de esta extraña especie que se caracteriza por tener altos niveles de grasa y tocino.


A los pocos minutos llego a la mesa una piedra caliente con una generosa porción de Mangalica acompañada de papas fritas y algunas salsas. Ya que no todo es como en casa, aquí la piedra no es roca volcánica, sino solo una piedra que ha sido calentada en un horno, la carne de cerdo no llego cocida sino casi cruda, ya que según nos explicaron nosotros debíamos cortarla para poder cocinarla a nuestro gusto, las papas fritas no tenían nada de espectacular y las salsas eran principalmente agrias lo que no fue totalmente de nuestro agrado. Lo que nos llamó más la atención es que la carne estaba cruda, por conocimiento nuestro de la Triquina (enfermedad por comer carne cruda de cerdo) preferimos cocinar bien la carne, más vale prevenir que lamentar; lo segundo en llamar nuestra atención fue lo condimentada de la carne, un fuerte sabor a pimienta y especias en la costra era el sabor a primar; por otro lado la carne era sabrosa, suave y más jugosa que la de un cerdo ordinario, un plato que sin duda les recomendaría probar (sobre todo por la experiencia) si algún día visitan Budapest.

mangalica

Si bien están ajustados de presupuesto y no pueden darse el gusto de probar la Mangalica o comprar una botella de Tokaji, algo que no pueden dejar pasar en Budapest es probar el Kürtőskalács, se pronuncia “curtoshcolash”, y es un pan húngaro (originario de Transilvania) de forma cilíndrica hueca, de sabor dulce y que puede tener diversas coberturas. El mejor de todos lo pueden encontrar en Vaci Utca, una de las calles más comerciales de Budapest que funciona a modo de boulevard, y es un pequeño puesto en la calle frente al Ice Bar; todos los panes son hechos en el momento desde el amasado, puesta en el horno a distintas temperaturas y luego decorado con la cobertura que deseemos, yo particularmente les recomiendo el clásico de vainilla, la masa es tan dulce y suave que no necesita más. Les recomiendo que una vez hayan recibido su Kürtőskalács esperen un poco en comerlo ya que al estar tan caliente puede hacer les duela el estómago si lo comen así.


Finalmente ya que no todo es gourmet y a veces el apuro apremia, nos tocó visitar también un McDonald's también en este magnífico país. Para nuestra sorpresa, aquí hasta el McDonald’s es distinto, el pan es distinto, la carne es bastante condimentada y se ofrecen salchichas en el menú. El sabor es bueno pero les recomiendo compren una bebida grande ya que les dará sed por un buen rato después de este almuerzo.


Con esto los dejo hasta la próxima semana donde veremos si les cuento sobre algún restaurante en Lima o sobre alguno visité durante las vacaciones.

Que tengan un buen fin de semana!

Los Placeres Culinarios