miércoles, 24 de agosto de 2016

5 tenedores, 5 tiempos, 5 alegrias - Le Soleil, Lima

Seguramente así como yo, ustedes se han preguntado por qué algunos restaurantes entran en la lista de los mejores del país y otros no, verdad? Hay veces en las que visitamos un restaurante increíble no sólo por su comida y atención sino también por su concepto y compromiso con la gastronomía, pero sin embargo en muchas ocasiones estos restaurantes no gozan de la misma atención mediática a pesar de ser tan buenos o incluso mejores que otros.

Ésta es la historia de Le Soleil, un restaurante dedicado a la gastronomía francesa que opera en nuestro país desde hace varios años en la mágica ciudad de Cusco, pero que hoy amplía sus horizontes abriendo sus puertas en Lima, decididos a encantarnos con su magia, compromiso y pasión por la comida.

Su pequeño pero acogedor local de Miraflores abrió hace poco y las reservas no demoraron en llegar por montones, su constante y excelente calidad que lo llevaron ser el mejor restaurante de Cusco según TripAdvisor, hizo que los paladares limeños y extranjeros no duden en reservar las primeras mesas de excelente restaurante de Artur Marcinkiewicz, entre ellos, yo.


Para mi gran asombro, al recibir la carta caí en cuenta era la misma de Cusco, una carta variada y concisa, 2 menús de degustación, uno de 5 y otro de 7 tiempos; algunas entradas ligeras, algunas de ellas francesísimas como escargots; fondos de variadas carnes, entre ellos su famoso pato a la naranja que les enseñará el significado de la palabra umami y entre los postres un crème brulée que parecen nubes caramelizadas; todos ellos maravillosos y exquisitos.

Y ya que su servidor ha visitado el restaurante de Cusco en múltiples ocasiones, en ocasión decidió dejar que el chef se encargue de todos los detalles y ordenar el menú de degustación de 5 tiempos, aquí mi experiencia.

El primer tiempo constó de 6 caracoles en salsa de mantequilla, perejil y ajo… sé lo que muchos deben estar pensando pero para quienes no han probado los escargots los invito a que lo hagan, recuerden que una buena comida puede comenzar como un viaje extraordinario, solo hay que aventurarse.
Acompañaron a mis caracoles unos pequeños bollos de pan hechos en casa que invitaban a ser remojados en la salsa de los escargots, el aceite, la mantequilla y el ajo harían el resto. La cocción de los escargots era perfecta, buena textura y consistencia, una experiencia digna de vivir para quienes aún no se atreven.


El segundo tiempo vino con un fino acompañante, y es el que el Foie Gras venía servido con una copa de vino Château Haut Caplane año 2001, exquisito vino francés quien sería cómplice perfecto de tan delicada entrada. El foie, de perfecta consistencia, vino servido con mermelada dulce de cebolla, algunos frutos frescos y otros secos; cada uno de ellos pudiendo resaltar las distintas propiedades del foie.


El tercer tiempo consistió en el vino Château Haut Caplane, dulce y aromático, frutado para acompañar los frutos del plato. Un tiempo sencillo pero ideal para acompañar un platillo tan  sorpresivo y delicado.

Poco después llegó el cuarto tiempo, Terrina de Pollo bebe flambeada al Brandy, fricasé de vísceras, cebolla caramelizada y un acompañamiento de puré de papas con zanahorias. La protagonista del plato es la cebolla caramelizada, aportando el aroma y dulzor necesario a la tierna carne de pollo. Las vísceras vienen condimentadas con hongos y su sabor es tan delicado que un no conocedor nunca deduciría qué es lo que está comiendo. El puré de acompañamiento es tan bastante simple y correcto, papa suave y de consistencia pareja para acompañar al pollo sin robar protagonismo. El chef nos vuelve a demostrar que cada detalle puede engrandecer hasta los insumos más simples y sencillos.


Finalmente, ya con un estómago bastante contento y satisfecho, llegó mi último tiempo; una Ópera de Chocolate y Café Tunki. No sabría decirles si fue la belleza de la presentación de este último plato o tal vez el hecho que ya estaba bastante lleno, pero me dio pena darle el primer bocado al pastel y romper su inmaculada presentación… aunque debo admitir la pena se fué con el primer bocado, el intenso sabor a chocolate pudo más. Un plato dedicado a los amantes y conocedores del buen chocolate, diversos tipos de chocolate presentados en capas donde el alto porcentaje de cacao se hace notar y su presentación con un leve baño de polvo de oro hace que incluso sea una delicia para la vista. Fudge con esencia de menta, suavidad e intensidad de chocolate y consistencia de pastel, hacen de éste un postre digno de cerrar tan buena cena.


Nuestra visita a Le Soleil confirmó que la suya no es sólo la mejor cocina de Cusco, sino una de las mejores del país y que seguro en el futuro dará aún más que hablar. Visítenlos y atrévanse a expandir sus horizontes culinarios, les aseguro que no se arrepentirán.
Aquí les dejo sus datos de contacto para que puedan visitarlos:
Dirección: Calle San Agustín 275 – Miraflores
Teléfono: 333 4580

Hasta la próxima semana,

Los Placeres Culinarios