miércoles, 25 de marzo de 2015

Malabar - Las primeras tres letras lo dicen todo en este restaurante

Hola amigos, esta semana seguimos con las reseñas del Lima Food Week, y en esta ocasión visitamos el Restaurante Malabar. El nombrado restaurante aparecía como una de las estrellas del Lima Food Week, por lo que no dudé un segundo en realizar mi reservar, ya que de vez en cuando escuchaba buenos comentarios y durante un tiempo estuvo en la mira como uno de los restaurantes de élite en nuestro país.

Al llegar al restaurante nos hicieron esperar algunos minutos antes de hacernos pasar al comedor a pesar que el restaurante se encontraba completamente vacío, bueno salvo una mesa de dos personas que compartían una botella de vino; a pesar de esto intentaron sentarnos en la mesa más alejada y en el extremo del salón, por lo que solicite un cambio de mesa y nos dieron la de al lado.

La decoración del restaurante es de lo más simple, aparte de una amplia y linda barra en la entrada escoltada por una pintura de aires ochenteros, no encontramos ningún otro distintivo en todo el salón. El restaurante consta de un solo salón y en uno de sus lados cuenta con una amplia banca que hace las veces de asiento para todas las mesas de ese extremo; el problema, como en todas las bancas de este tipo, es que cenar en este tipo de asientos es de lo más incómodo para los comensales ya que no hay como apoyar la espalda y las mesas están tan juntas por lo que es casi imposible mantener la privacidad.

A los pocos minutos de sentarnos un mozo se acercó a nuestra mesa para ofrecernos las bebidas y dejarnos los menús de acorde a la ocasión. Opté por ordenar el Pulpo Quemado como entrada, la Pesca del Día como plato de fondo y la Manzana de Agua como postre, difíciles elecciones entre una carta orientada a la comida andina o amazónica del Perú.
Una vez colocada nuestra orden, a modo de cortesía llego a la mesa un bowl con sandía en cubos y queso rallado, un aperitivo algo extraño para empezar la velada pero así fue como empezó esta aventura culinaria.

Si bien debo reconocer no empezamos muy bien con la ubicación de nuestra mesa y trato por parte del personal, lamentablemente no mejoró mucho con nuestros primeros bocados. Como la comenté la cortesía que llegó llego a nuestra mesa era un plato con sandia en cubos y quesos para degustar, que al parecer de este humilde servidor, simplemente no funcionó en lo más mínimo. La sandía es una fruta fresca de consistencia dura y sabor dulce, mientras que el queso, que estaba cortado en finas hojuelas, tenía la misma consistencia y un sabor mucho más fuerte que hacía imposible que se mezclen los sabores y las texturas en la boca; teniendo así que saborear ambos elementos por separado en una mezcla no muy agradable.

Poco después, y ya con nuestras bebidas servidas, esperamos los clásicos panes de entrada y diversas salsas o  cremas para acompañarlos por la disposición de la mesa en la que estábamos; sin embargo, fue basta nuestra sorpresa cuando retiraron nuestros platos de pan y cubiertos de mantequilla para ser remplazados por nuestras entradas. Haciendo aquí un pequeño paréntesis, más adelante durante nuestra cena, vimos que les ofrecían a las mesas contiguas porciones de pan que a nosotros ni nos mencionaron… la experiencia seguía siendo mala.

Bueno ya con nuestras entradas servidas estábamos decididos a borrar las malas experiencias y comenzar a disfrutar al máximo nuestra cena. El Pulpo Quemado consistía en pulpo a la parrilla aderezado con Ají Panka sobre una cama de puré de choclo y acompañado de choclo desgranado a la parrilla, choclos bebe cortados en finas rodajas, chips de choclo y un mix de lechugas. Si bien el pulpo estaba sabroso no estaba tan suave como lo esperada, no sé si le faltó golpear o cocinar para romper un poco más las fibras de los tentáculos. El ají Panka si le daba un buen sabor pero no era nada de otro mundo, un pulpo que podemos encontrar hoy en la mayoría de restaurantes, eso me decepcionó un poco. Por otro lado, las diversas presentaciones del choclo acompañadas del mix de lechugas si me parecieron más que interesantes, el puré tenía un sabor suave, agradable, y muy buena textura;  el choclo desgranado a la parrilla resaltaba el dulzor del choclo que combinaba muy bien con las lechugas que acompañaban el plato. Lastimosamente los choclos bebes pasaban un poco desaparecidos y los chips de choclo se tenían que comer por separado, y me hubiese gustado acompañar con algo por su buen sabor.

Pulpo quemado

Una vez terminada la entrada y después de esperar varios minutos más llegaron los platos de fondo, como ya les menciones pedí la Pesca del Día, que en esta ocasión fue Mero y venia sobre una cama de concolón o arroz “quemado” acompañado de mariscos y bañado en un sudado o concentrado de mariscos que fue lo que le dio sabor al plato. Si bien muchos de ustedes pensarían que la estrella del plato sería la pesca del día, pues se equivocan, la atención recae totalmente en el arroz gracias al sudado de mariscos que lo bañaba, cambia el aroma y sabor en general de todos ingredientes, resaltando esos clásicos sabores mediterráneos.
Para mi gran decepción el Mero estaba casi insípido, a pesar de ser un pescado de sabor fuerte y distintivo; los mariscos que acompañan son conchas de abanico sin coral y langostinos que para resaltar su sabor son salteadas con cebollines y tomates cherry. Un plato que podría ser un buque insignia pero que no brilla por la gran ausencia de su estrella principal y que solo llega a cumplir por sus acompañantes.


Finalmente llegó la hora del postre, la Manzana de Agua, y si bien no me encontraba emocionado por el mismo ya que la chicha de jora no es mi bebida favorita la manzana asada me daba mucha curiosidad al ser un postre que no comía hace bastante tiempo. El plato consistió en una bola de helado de Chicha de Jora con sabor muy suave con una consistencia distinta a la de un helado tradicional, parecía que utilizaron nitrógeno líquido para congelarla; y una pequeña manzana asada partida en dos sobre un poco de jarabe. La manzana asada me hizo recordar a los postres que hacia mi abuela cuando era pequeño, salvo que esta manzana no era tan dulce y su consistencia era un poco más fuerte,  no tan suave como las tradicionales. Un postre distinto pero atractivo y que me demostró por primera vez en toda la noche la verdadera innovación de este restaurante.

Manzana de agua

Y así fue como concluyó nuestra visita a Malabar, un restaurante que a nosotros nos dejó con mucho que desear, al punto salimos decepcionados de nuestra cena. Aun así, si quieren atreverse a probar algo distinto, enfocado en la comida andina y amazónica, aquí les dejo los datos de su página web y dirección:
Dirección: Camino Real 101 San Isidro – Lima

Hasta pronto amigos, no dejen de estar pendientes de mi Facebook www.facebook.com/losplaceresculinarios ya que este Abril estaré sorteando una cena!

Los Placeres Culinarios

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