Hola amigos, esperando que hayan disfrutado mi última reseña, el día
de hoy continuaré contándoles sobre mi experiencia cusqueña, aunque el día de
hoy nos adentraremos un poco más en esta tierra mística.
Viajamos a Urubamba, localidad del Valle Sagrado que se ha convertido
en parada obligatoria para muchos turistas a modo de escala en su trayecto a
Pisac, Aguas Calientes o Machi Picchu; por lo que hoy podemos encontrar hoteles
de alta gama en su haber y con buenos hoteles y bastantes turistas, la buena comida
no podía demorar en llegar. Es así que durante mi visita, me vi en la
obligación de conocer el Restaurante Hawa del Hotel Tambo del Inca, hotel de la
cadena Libertador y primer hotel en el Perú en obtener la Certificación LEED lo
que lo certifica como un hotel “verde”, ecológicamente amigable, postura que apoyo
bastante.
Bueno, sin más preámbulos les cuento mi experiencia, el hotel está
ubicado en plena carretera por lo que ubicarlo no es complicado y si bien no me
hospedé en el mismo, uno puede pasar a conocer sus instalaciones y visitar el
restaurante de manera libre, si uno lo desea. Debo resaltar que visitar uno de
los hoteles Luxury Collection de la cadena Libertador es una experiencia única,
cada vez que he tenido la suerte de estar en sus instalaciones la atención y
dedicación por parte de su personal es más que espectacular, lo que hace que un
simple almuerzo pueda parecer espectacular, y en este caso solo mejoró aún más
una espléndida comida.
Es así que con la amabilidad que los caracteriza nos llevaron a la
mesa y raudamente nos entregaron la carta, una carta bastante extensa para un
hotel ya que consta de más de 5 páginas por lo que hay opciones para casi todos,
y en ella podemos encontrar desde platos tradiciones como una causa hasta
comida fusión como un Lomo de Atún en Costra de Quinua sobre un Risotto de
Tinta de Calamar, que fue justamente lo que ordené.
Al poco tiempo llegó la clásica Panera de cortesía, aunque para mi
gran sorpresa, de clásica no tenía nada pues tenía panes de quinua, maca otros
productos de la región en su interior, todos ellos calientes y suaves. No hizo
falta la mantequilla para acompañarlos ya que sus sabores y variedades fueron
más que suficientes.
Mientras contemplábamos el verde que rodeaba el comedor llegaron nuestros
fondos, y si bien dicen que la primera impresión entra por los ojos, déjenme
decirles que quedamos bastante impresionados. En mi caso, un contundente Lomo
de Atún en Costra de Quinua acompañado de Ristotto de Tinta de Calamar y Salsa
Bisque se hacía presente, y a mi lado mi novia se mantuvo firme ante cualquier
argumento y se negó a probar algo nuevo, ordenó el Lomo Saltado… aún así debo
admitir tenía muy buena pinta.
Empecemos con mi plato, ante tanta perfección tanto visual como
aromática, lo primero que hice fue comprobar si el termino del atún era el
correcto, ver si la quinua volvía seca al atún o si el Ristotto estaba salado;
para mi gran placer ninguna de las anteriores; todo estaba perfecto. Un buen
corte de Atún perfectamente grillado con una delicada costra de Quinua que
hacia el pescado crujiente y aportaba un toque de sabor andino manteniendo la
concordancia del lugar. El Risotto en Tinta de Calamares de muy buena cocción y
textura venía acompañado de algunos aros de Calamar y Ají Limo agregado del
chef para combinar tal vez lo mediterráneo y lo criollo en un solo
acompañamiento, algo que resaltar también es que la tinta de calamares no tenía
ese fuerte sabor marino que la caracteriza, sino que se destacaba por su
sutileza y versatilidad. Finalmente, la Salsa Bisque acompañada de aceite de
oliva terminaban de complementar el plato, una salsa de base marina con la
suficiente presencia para hacerse notar ante el fuerte atún, todo muy acorde y
elaborado con mucha dedicación.
Por otro lado teníamos el Lomo Saltado, partida totalmente opuesta a
mi platillo, lomo fino de res, papas andinas fritas, tomates suaves, cebollas
crujiente y bastante jugo; excelente detalle para quienes gustan de remojar su
arroz en todo ese juguito del saltado, como a su servidor. Carne bastante suave
y rebosante de sabor por la soya, cebolla y demás hierbas que lo acompañan en
la olla o el wok, las papas andinas fritas fueron lo mejor del plato a mi
parecer; el lomo saltado es siempre un plato de dura competencia y si bien
muchos creen que es bastante sencillo están bastante equivocados.
Después de tan agradable comida lamentablemente tuvimos que retirarnos
ya que en el Cusco el tiempo vuela y con la cuenta llegó la última sorpresa de
tan magnífico sitio, pequeños chocolates de suave relleno a modo de cortesía;
así cualquiera paga con gusto.
Así que ya saben, si están por Urubamba y quieren un experiencia única
a la hora del almuerzo no duden en visitar Hawa en el Hotel Tambo del Inca,
aquí les dejo la dirección de su página web:
Hasta la próxima semana!
Los Placeres Culinarios
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